[Septiembre 2015, Declaración del Espacio Climático, English]
Hoy, a escasos meses de la XXI Sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) en París en diciembre de 2015, estamos viendo con gran ansiedad que se está plasmando un acuerdo muy peligroso. Las consecuencias del proceso de la CMNUCC serán extremadamente graves cuando se cristalice el Acuerdo de París. Si el mundo queda encadenado a otra década de “quemar el planeta”, habrá consecuencias desastrosas, entre ellas, una pérdida de la diversidad biológica, extinciones masivas, pérdidas de habitat, inundación de los pequeños Estados Insulares y derretimiento de las regiones Polares. El resultado negativo que se presagia de la Conferencia de París tendrá un impacto desproporcionado en las comunidades locales y los pueblos indígenas y marginalizados.
Varios estudios de los compromisos actuales de reducción de emisiones de los Estados Unidos, la Unión Europea y China —países que, conjuntamente contribuyen al 45% de las emisiones del mundo— son completamente inadecuados. Si se implementan en vez de reducir a 35 gigatoneladas de emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030 estaremos llegando a 60 gigatoneladas de CO2e [1]. En lugar de reducciones de emisiones sustantivas, están creando más mercados de carbono y falsas soluciones tecnológicas como la “captura y almacenamiento de carbono” que abrirán un camino peligroso hacia la manipulación del clima mediante la ingeniería geológica.
Las contribuciones propuestas son severamente insuficientes
Después de veinte Conferencias de las Partes, las emisiones de gases con efecto invernadero siguen aumentando y se pronostica un incremento aún mayor. En el año 1990 las emisiones a nivel mundial alcanzaron 38 GtCO2e (gigatoneladas de emisiones de dióxido de carbono equivalente). Veinte años después han llegado a la cifra peligrosa de 50 GtCO2e. Para evitar un aumento catastrófico de 2°C en la temperatura del planeta, las emisiones a nivel mundial deberían haber alcanzado su máximo el año pasado y haberse iniciado un proceso de disminución. De hecho, esta década las emisiones de gases de efecto invernadero no alcanzaran su pico máximo y probablemente tampoco la próxima década.
El Informe sobre “La Brecha de Emisiones” del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, así como otros estudios, demuestran que una trayectoria que limite el aumento de la temperatura a 2ºC requeriría una reducción en las emisiones de gases con efecto invernadero, a nivel mundial, a 44 gigatoneladas de CO2e para el año 2020, a 40 Gt para el año 2025 y a 35 Gt para el año 2030. Éste es el tope necesario para evitar un futuro planetario calamitoso inimaginable. El texto que se está negociando en la CMNUCC no menciona estas cifras y solo habla de porcentajes de reducción para la próxima mitad del siglo, que tampoco se acercan a lo que se requiere
El pasado marzo la Unión Europea anunció con gran pompa sus Contribuciones Previstas Determinadas a Nivel Nacional (INDC por su sigla en ingles). A primera vista, pareciera que la UE ha fijado como meta para el año 2030 una reducción en un 40% de sus emisiones de gases con efecto invernadero tomando como referencia sus niveles del año 1990. Sin embargo, este compromiso tiene demasiados defectos y en esencia no es consistente. Uno de los problemas más serios es que la UE sigue considerando a la bioenergía como una fuente “renovable” de energía y “neutra en términos de carbono”. En el sector de “Uso de la Tierra, Cambios en el Uso de la Tierra y Silvicultura” no toma en cuenta las emisiones provocadas por la degradación de los bosques debido a la demanda de bioenergía.
De acuerdo con la actual forma de negociación en la CMNUCC, cada país hará lo que quiera mediante sus “INDCs” voluntarios y la CMNUCC simplemente registrará las ofertas de reducción. Para entender lo que está pasando imaginemos que se aproxima un gran incendio y todos deben hacer un compromiso para detenerlo, algunos mas que otros por su responsabilidad histórica. La CMNUCC debería exigir a todas las naciones hacer lo que es efectivamente necesario para parar el incendio, sin embargo pero están permitiendo que los países contribuyan con lo que ellos mismos definan que pueden, ya sea solo un vaso o un balde de agua. La CMNUCC simplemente llevará una contabilidad de los aportes, pues no les importa si el incendio nos quema a todos.
Ningún gobierno se ha opuesto a este camino suicida, pues ninguno está exigiendo un texto con una meta para reducir las emisiones a nivel mundial para el año 2025 a solo 40 Gt de CO2e con lo cual se evitaría un aumento de temperatura de 4ºC a 8ºC. De hecho, los compromisos de algunos gobiernos son aún más débiles, como es el caso de Canadá que ha dicho que solamente reducirá sus emisiones en un 14% entre el 1990 y 2030.
Las corporaciones de combustibles fósiles han capturado la Conferencia del Clima
Se sabe perfectamente bien que para alcanzar la meta de mantener un aumento de temperatura por debajo de los 2ºC, tendremos que dejarbajo de la tierra el 80% de las reservas de combustibles fósiles actualmente conocidas. Numerosos estudios e informes han llegado a esta conclusión, sin embargo ningún país ha registrado esta propuesta en el actual texto de negociación. El término “combustibles fósiles” sólo se incluye dos veces en el texto entero, y aún ahí solamente para referirse a reducciones en las subvenciones a dichos combustibles. Es imposible reducir de manera significativa sin confrontar directamente a la industria de los combustibles fósiles.
En lugar de hacer esto, los funcionarios franceses defienden haber aceptado un apoyo financiero para la COP21 de las compañías productoras de combustibles fósiles y de grandes corporaciones emisoras de carbono. Empresas de energía sucia como EDF, Engie (anteriormente conocida como GDF Suez), Air France, Renault-Nissan y BNP Paribas financiarán el 20% de los costos del COP21 en París, o sea 170 millones de euros.[2] Esto está erosionando la confianza del público, ya que las negociaciones multilaterales destinadas a poner fin a la contaminación están siendo financiadas por los peores contaminadores.
Más mercados de carbono y tecnologías dañinas
A pesar del fracaso obvio de los mercados de carbono, el actual texto de negociación para Paris promueve nuevos mercados de carbono e incluye el desarrollo de algunas tecnologías de alto riesgo.
Las soluciones falsas abundan: poner precio al carbono, agricultura climáticamente inteligente, REDD+, Captura y Almacenamiento del Carbono, bioenergía, BECCS (Bioenergía con captura y almacenamiento del carbono), energía nuclear, biología sintética, ingeniería geológica, el “fracking” para la extracción de hidrocarburos y otras propuestas tecnológicas diseñadas muy peligrosas para la Madre Tierra.
Los mecanismos del mercado de carbono se mencionan 27 veces y REDD+ se menciona 13 veces. El texto hace mención del Mecanismo De Desarrollo Limpio Mejorado (CDM+), el “Sistema de Comercio de Emisiones”, “REDD Plus”, el “mecanismo de mercado en el sector del uso de la tierra”, “esquemas de emisiones subnacionales y regionales” y “colocar precio al carbono”. Una lectura del texto demuestra que COP21 abrirá la puerta a nuevos mecanismos para el mercado de carbono que se seguirán elaborando y se adoptarán en las COPs futuras. Es más, las empresas petroleras más grandes, o sea las mayores culpables del cambio climático, ahora afirman que ellos son los que salvarán el planeta con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono así como la bioenergía, los cuales constituyen propuestas de ingeniería geológica; mientras tanto siguen explotando las fuentes no convencionales más extremas de hidrocarburos (3).
Solo el cambio de sistema nos puede dar una esperanza para salvar nuestro futuro
Ya sabemos cuáles serán los resultados de la conferencia de París. No se está ofreciendo el cambio del sistema que anhelamos, sino propuestas que fortalecerán el poder de las corporaciones, los mercados de carbono y esquemas tecnológicos aún más peligrosos que los actuales que mercantilizan la naturaleza. La propuesta que saldrá de París no propondrá dejar los combustibles fósiles bajo la tierra, sino que se enfocará en conceptos ambiguos como “cero emisiones netas” para abrir la puerta a la ingeniería geológica.
Por eso estamos preparados a marchar a París, así como lo que hicimos en Nueva York, pero esperamos una situación mas parecida a lo que pasó en Seattle, para que la CMNUCC y los gobiernos al fin comprendan que existe un movimiento de masas que no va a aceptar que sigan con sus negocios como de costumbre. Este movimiento necesita: desmantelar el proceso de negociaciones climáticas que ha sido capturado por las corporaciones, para un acuerdo que incendiará el planeta, y construir un sistema político, ecológico y económico que sea bueno para la gente y la Madre Tierra.
Cambiar el sistema para el bien de la humanidad y la Madre Tierra significa:
- Dejar los combustibles fósiles bajo tierra y bajo el fondo del mar y tener metas adecuadas y vinculantes para las reducciones de emisiones tanto para esta década como la próxima. Poner fin a las falsas soluciones, tales como “poner precio al carbono”, la agricultura climáticamente inteligente, REDD+, la Captura y Almacenamiento del Carbono, bioenergía, BECCS (Bioenergía con captura y almacenamiento del carbono), energía nuclear, la biología sintética, ingeniería geológica, el fraccionamiento para la extracción de hidrocarburos y otras soluciones falsas que tratan a la Madre Tierra como un simple objeto materia de explotación;
- Cancelar los megaproyectos de infraestructura industrial, tales como los mega aeropuertos, las vias ferroviarias de alta velocidad, las industrias extractivas, las mega granjas industriales y las mega represas que buscan acelerar un crecimiento insostenible y contribuyen a mayores emisiones a una escala global;
- Anular los tratados de libre comercio como el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP), el Acuerdo Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP), los Mecanismos de Resolución de Controversias entre Inversores y Estados (ISDS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC);
- Anular todas las medidas de austeridad y cancelar las deudas impuestas para el beneficio de los bancos. El cambio de sistema solamente podrá lograrse mediante una transformación radical de los sistemas bancarios y financieros;
- Reivindicar una democracia real para los pueblos y no para las corporaciones;
- Poner fin a todas las guerras e intervenciones militares.
Por todas las razones mencionadas, necesitamos un cambio radical del sistema. Ni el planeta, ni los pueblos pueden soportar más el capitalismo que promueve el productivismo, el patriarcado, el neocolonialismo y el antropocentrismo. Tenemos que confrontar el modelo capitalista de acumulación. Tenemos que reivindicar una democracia para los pueblos y no para las corporaciones. Un cambio de sistema no solo basado en energía pública y sustentable, sino que sea socialmente justo y se base en una disminución del uso de la energía, poniendo fin al consumo excesivo, el exceso de producción y el desperdicio.
El cambio del sistema no vendrá de Estados que trabajan confabulándose con las corporaciones transnacionales, sino de la gente y las comunidades de base al frente de la batalla contra el desarrollo de los combustibles fósiles. Todos tendremos que formar parte de la lucha: pequeños granjeras y granjeros y campesinas y campesinos que estan enfriando el planeta con la agroecología y la soberanía alimentaria; los pueblos indígenas que protegen la Madre Tierra e implementan la conservación comunitaria, los conocimientos tradicionales y la protección de los bosques; las ciudadanas y los ciudadanos que en sus propias comunidades confrontan los generadores de electricidad en base al carbón, así como los megaproyectos y el libre comercio; las y los estudiantes que luchan por la desinversión de los combustibles fósibles y muchos otros movimientos de base.
El cambio de sistema no es algo que pasará en el futuro, sino algo que estamos construyendo en el presente.
Nuestra estrategia nos llama a no esperar para ver qué pasará en Paris. Ya estamos diciendo, antes de la conferencia de París, que no nos confiamos en el CMNUCC y en las corporaciones que se han apoderado del proceso. El movimiento para lograr un cambio del sistema está creciendo y varios sectores de la sociedad se están movilizando y orientándose alrededor de una acción común rumbo a París, durante las negociaciones posterior a la COP21.
Todos buscamos un mundo diferente. Hoy, tomamos ese anhelo y lo convertimos en coraje, fortaleza y acción, para que juntos cambiar el sistema. Si queremos asegurar el futuro de la humanidad, tenemos que luchar para ello ahora.
FIRMADA POR:
Organizaciones iniciales
- Alternatives Internacional
- ATTAC, Francia
- BiofuelWatch
- Colectivo “Critical Information Collective”
- Ecologistas en Accion
- Fairwatch, Italy
- Focus on the Global South
- Fundación Solón
- Grassroots Global Justice
- Grupo ETC
- Coalición Global para los Bosques
- Fundación para la Salud de la Madre Tierra, (HOMEF) Nigeria
- La Via Campesina
- Migrants Rights International
- Red Indígena Ambiental
- Red Africana contra REDD
- Oilwatch International
- Polaris Institute
- Transnational Institute
Para endosar esta declaración: espaceclimat@gmail.com
REFERENCIAS:
[3] http://newsroom.unfccc.int/unfccc-newsroom/major-oil-companies-letter-to-un
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